Arborecer quiero
en medio del campo.
Crecer muy lento
como el tiempo.
Llegar tan alto
como las nubes.
Ancho de copas
como el viento.
Tan lleno de hojas.
Tan sin de pájaros.
Hundirme en la tierra
para beber el agua
que guarda todos
los aguaceros,
y no dejar que nadie
pise mis raíces,
ni trepe a mis ramas,
pues no seré
cobijo de cobardes,
altozano de viajeros,
refugio de perseguidos,
o el patio de juegos
de párvulos traviesos.
Tampoco daré leña
para el invierno
a los indigentes,
pues mis restos
regresarán a mí.
Y si me preguntan
qué árbol quiero ser,
no diré por ahora
si roble, cedro o caoba.
Tal vez solo un arbusto
en medio de la nada,
que igual
habré de creerme
un gigante,
si nada hay
en todas partes
que pueda superarme.
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Hermoso poema, con un gran final. Enhorabuena
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Muy agradecido poeta por tus palabras. Saludos.
Hermoso poema!! Curiosamente tengo un poema a medio hacer que se va a titular Arborescencias y va del mismo tema…
Coincidencias poéticas!
Abrazo, Carlos!
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Gracias estimada María. Y estoy seguro que de tu pluma brotará una arborescencia poética digna de elogio. Abrazo poeta.
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Me ha encantado este poema, pero estos dos versos me fascinan. Gracias por compartirlo amigo. Saludos
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Un gusto compartir ese interés por la misma temática y un placer haber leído tu poema.
Gracias por tus palabras estimado poeta.
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