De aquellos versos lacios, detenidos
en la oscura memoria
de desvanes impíos,
de fechas desterradas,
de rostros suspendidos,
expectantes, aún queda
ese leve perfume, la tristeza
de las cosas que un día
tuvieron un sentido.
Los años han pasado; lentos, crueles,
con su rito de olvidos,
de distancias, de voces insepultas,
en la espesa cadencia de los días,
de los años, que duelen,
que sollozan por tanta ausencia inútil.
Las palabras, los versos, que pudieron,
un día, vencer todo lo perdido .