Aquella tarde

Aquella tarde
sonaron las campanas
llamando a misa.

Y allí te vi.
Subías a la iglesia
para rezar.

Te arrodillaste
y vi como tus labios
algo rezaban.

Quise tu fe.
Estar en el susurro
desde tus labios.

Entró una sombra
cubriendo tu semblante
y tu figura.

Cuando se fue
no estabas en el templo
ni yo tampoco.

Eran los sueños,
recuerdos y nostalgias
que atormentaban.

Pero escuché,
de nuevo a las campanas,
y estaba solo.

Rafael Sánchez Ortega ©
27/06/20

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Uff, qué inmensa y bella nostalgia trae tu poema!!!

"Eran los sueños,
recuerdos y nostalgias
que atormentaban.

Pero escuché,
de nuevo a las campanas,
y estaba solo."

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Gracias Lucía Gómez.