Me siento impotente
para describir con palabras
la agitación, la inquietud
que me invadió aquel atardecer
en que nuestras miradas se cruzaron
en ese instante del destino que cambia,
haciendo que nuestras palabras
fuesen nerviosos balbuceos
en aquella primera vez de todo.
Aquel primer encuentro
en que nuestras miradas
escribieron palabras en el silencio,
aquella mirada de pasmo y sobresalto
que desato una tormenta
de emociones descontroladas,
que durante jornadas
rondaron mis madrugadas
indagando palabras,
imaginando situaciones
momentos inconcretos,
ensueños de una ilusión,
diálogos que describiesen
lo que sentimos sin tener certeza,
teniendo momentos concretos
en que me sentía perdido en mi cabeza,
por encontrar un explicación
para describir lo que mi ser sintió
en ese instante sin dialogo
porque solo fue una mirada sorpresiva.
De nada sirve cuanto imaginemos
cuando los sentimientos
sin permiso se entrelazan
en ese universo del sentir,
cuando la emoción
raga tu realidad
mostrando ese delirio
que todo lo cambia,
dejándote llevar
en sus brazos de éxtasis.
Eso fue el principio de todo,
hoy caminamos de la mano
por la misma avenida,
por la misma senda quebrada,
y cuando mi mirada se acaricia
se abraza con la tuya
los ojos muestran
las intimidades de ese sentir
que nos acerca cada día.
Pippo Bunorrotri 06/03/25