Soy el que habita en las sombras
el esqueleto que sostiene la luz
la vertebra de la palabra
ladera donde rueda el disco solar
el que sostiene ínfimas nebulosas
donde pulsa la materia oscura
el polvo cósmico
el que recorre todas las distancias
donde llegan todos los caminos
origen y destino de caminantes
fuente de antimateria (la razón):
Soy el silencio.
¿¡Cómo es que habla el silencio!?
El silencio que habla el mejor lenguaje
el que conoce todos los secretos
donde habitan
verdades genuinas
todo lo imposible
las paradojas
el pensamiento desnudo.
Donde se derogan categorías
fronteras
el bien y el mal
felicidad y desgracia
y demás minucias del reino animal
destino final de los ciclos
y todo se hace uno
y uno se hace nada.
¡Hay tantos caminos apuntando hacia el gran silencio!
El gran silencio no es otro que la finitud del cuerpo
El gran silencio es el final de todos los finales (sin extra inings). “El gran silencio” que gran final.
Ese gran silencio que existe no porque esté afuera de nosotros cada partícula en reposo absoluto ni porque desaparezca el medio que transmite el mensaje sonoro de cada cosa, sino porque irremediable y contundentemente no tendremos oídos, ni piel, ni carne, esos órganos detectores del exterior. Chanclas miadas!