Apátrida de tu vientre

Aún regreso a la primera noche
aquella en la que, finalmente parida,
hube de dormir fuera de tu vientre.
Debatiéndome entre pesadillas
que me hicieron llorar desesperanzas
mientras tú rogabas ayuda
para frenar mis aparentes penas.
Aún hoy, busco las blandas paredes,
el lago donde aprendí a nadar,
el sonido de tu corazón atronando mi cueva.
Y el largo espacio ausente de la vida
mientras me forjabas en la tuya.
Regreso del cansancio del día
buscándote sin hallarte, madre,
añorando aquella placenta
de la que me hiciste apátrida
sin preguntarme nada
a fuerza de empujones y forceps.

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Un poema muy hermoso, compañera.
Si se pudiera volver a ese refugio primigenio más de uno lo haría.

Querida poeta, te aseguro que muchas veces lo he deseado. Gracias por tu amable lectura y tu grato comentario.

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Ah qué bello poema !!

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Una hermosura de poema! A fin de cuentas llegar a este mundo, no es un camino de rosas…y nosotros no lo decidimos.
Saludos, Mabel!

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Hermosa nostalgia. Un saludo.

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Es cierto. No quería nacer y me nacieron. Muchas gracias por tu amable lectura y comentario. Felices Fiestas.

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Gracias por su tiempo y su amable comentario.

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Regresar al primer refugio y abrigo. Precioso poema.
Siempre es un placer leerte Mabel.

Un abrazo, poeta.

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Muy agradecida por tu amable comentario.

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