Mucho está pasado por mi mente
y lo peor es que no me asusta,
es desesperante, me fatiga,
me supera, duele, esta vida.
Sin razón el llanto
se desborda, me ahoga,
me domina.
Son radicales las ideas
en cada cual todo termina.
¿Soy cobarde?
Quiero golpear las paredes,
hacer sangrar la herida de la idea
de ese enemigo interno que en todo
momento se suicida.
Las personas tristes escriben poesía porque ven la vida con más pixels y eso siempre merece la pena ser narrado. El enemigo que se suicida, solo pide unas gafas más oscuras. Que sangre.