“Pero me fui lejos,
muy lejos.
Y sigo regresando a tu nido
y no te encuentro…”
(De María Prieto: Pájaro).
Llegué a mi pueblo natal, donde yo bailaba tan feliz con las cortinas de la casa. Mi alma se confundía con los pinos. La alegría pintaba de rojo mis mejillas, mirando enternecida la escuelita en la colina. ¡Ay!, si se abriera el cielo entre suspiros y mi niña de antes, me mirara un instante. Niña: ¿Qué más debo hacer, sino añorarte?