Los troncos se oscurecen,
se enternece el aire con el arrullo
de la última tórtola.
Del pueblo llegan tañidos de campana
y mugidos de vaca.
El invierno avanza
hacia el oscuro rincón
donde dormita el duende del frío,
la escarcha se acuna ya en el verde.
Llegará otro día, veremos el sol.
(Garabatos)
El hombre y esa locura que le mantiene vivo y le hace avanzar a pesar de todo el sufrimiento y el dolor de la vida. Buen poema. Un saludo.
Muchas gracias por avisarme, Pedro. Lo había puesto recientemente, y me equivoqué. He cambiado el título y el poema porque no sé cómo retirarlo. soy doblemente torpe. Espero que este también te guste. Abrazo, amigo
Precioso poema, creo que yo también lo leí.
(PD: Cuando quieras eliminarlo, es muy fácil, pincha en los tres puntitos que están al final de tu poema o comentario, se abre un menú con diversos iconos y pulsas en el “cubo de basura” y listo!)
Curiosamente mi hermano me decía que ese verso no cuadraba con el ambiente que iban creando lo precedentes pero me parece que da esperanza, en un poema triste, anochece en el pueblo. Por eso me alegra que te guste. Yo estoy más de acuerdo contigo. Saludos, amigo
Al final, lo solucioné poniendo este poema en el sitio de El hombre, que había repetido inadvertidamente. Gracias, María por indicarme como suprimir. Abrazos 
Gracias, compañero, es un anochecer lejano en el tiempo. Entonces parecía que el tiempo no pasaba, pero pasa, ya lo creo. Saludos y buen día