No sé bien como olvidarte,
Jamás me enseñaste a escribir
Mi propia esquela
A secuestrar tu recuerdo
Y borrarte,
Ineluctable mi cabeza,
Execrables mis memorias.
La muerte me llama
Me está pidiendo que abra mi cuna de tierra,
Que cierre los ojos y palidezca,
Que ahorque la tristeza de mi niña muerta.
Hay un cisne azul volando ante mis ojos
Y yo uno las manos y te rezo,
Te rezo
Porque no hay regreso
Que me devuelva la esencia del cielo.
Rosas amarillas brotan ante mis melodías
¿Por dónde, Alicia?
¿Dónde el espejo ante el cual matar a mi reflejo?
¡Oh dónde se encuentra el límite del tiempo!
Una aguja de viento,
un horror
disfrazado de crisantemo.
Ángel de mi guarda
mi gris compañía,
no me desampares
ni en la tristeza
ni en la alegría.
En nombre de pluma
papel
y poesía.