Te vas construyendo con recuerdos:
edificio cubierto de instantáneas
que van hilándose en historias
y se acaban enredando en un relato.
Todas tienen su parte de verdad,
todas tienen su parte de mentira.
Piedras que nos hacen ser, parecer,
habitar huellas,
crear un mundo frágil sobre signos.
Desciframos, disfrazamos.
“Y la vida pasó…”.
Nuevos recuerdos y algunos olvidos
van cambiando la trama. Afloran culpas,
ortigas, malas hierbas; resquebrajan, duelen.
Te lames con lengua compasiva. Palabras.
El tiempo, memoria, nostalgia de un azul,
delirios de grandeza,
temblor en los cimientos.
“Y la vida pasó…”.
Sutiles cambios en los andamios
permiten levantar nuevas estancias,
abrir otras ventanas. Aire (todavía).
El horizonte. La obra siempre inacabada.
Cada vez los materiales son más caros.
“Y la vida pasó sin darnos cuenta”.