Dime tú, viejo señor.
Cómo logras sostener.
Tus huesos deben doler,
sueñan su estival fulgor.
Blancos días sin pudor,
miran con calma y silencio.
Sin dudas, te reverencio,
no en vano has vivido tanto.
Luces como todo un santo.
Un sabio que hoy presencio.
6 Me gusta
Pregunta que con sabiduría el anciano dará merecida respuesta
1 me gusta
¡Me encantan las décimas!
¡Qué hermosa celebración a “ese señor”! ¡Sin conocerlo, merece mi respeto por tu preciosa descripción!
¡Saludos! ¡Y aplausos!
1 me gusta
Pues vaya, hasta nervioso me pusiste de tantos elogios. Un placer que te haya gustado, espero sigas disfrutando.
1 me gusta