La naturaleza es generosa…
Te regala su paz de forma desinteresada.
Paz que es medicina para tus momentos de guerra y que ningún laboratorio ha sido, ni será capaz de crear.
Y siempre que vamos a su encuentro, nos recibe con los brazos abiertos, para abrigarnos de serenidad y calma.
La naturaleza es generosa, porque pone bajo nuestros pies, precipicios donde arrojar esa mochila que a veces llenamos de dolor, incertidumbre y miedo y que tanto pesa…
Y con un humilde ego, nos muestra su grandiosidad y fortaleza. Que gran espejo donde mirarnos!!!
La naturaleza es silencio y música celestial a partes iguales.
Es fuerte como el roble que duerme en sus bosques y frágil como el pétalo de una flor que sutilmente cae al final de un caluroso verano.
Y aunque siempre se muestre valiente y esplendorosa, su interior rebosa de miedo, el que le provoca el ser humano en cada visita y que tanto la hiere y la destruye.
Porque ella es como la delicada porcelana, que se rompe con tan solo rozarla con la punta de nuestros dedos.
Ámala.
Rodeala con tus brazos y protege cada pisada de sus eternos caminos, cada gota del manantial que calma la sed de sus montañas, cada bocanada de aire fresco que llena nuestros pulmones de vida.
Ámala y no la destruyas…
Ámala con el mismo amor y respeto, que ella te da, en tus tiempos de guerra…
4 Me gusta
Gracias por vuestros 
. Son el motivo por el cual mi pluma sigue deslizándose, sigue derramando la tinta de mis pensamientos…