Te quise a la luz del sol
y en la oscuridad del silencio
todo me sirvió para adorarte.
Desde la luz de una bombilla
hasta el cabo de una vela, te amé.
Se me fundieron los plomos
y aun así, seguí amándote
sin aparente razón para hacerlo.
Y cansado de esperar el tuyo
quiso el amor mío irse de paseo
cargando en su mochila
desde las velas hasta los enchufes
robándome los filamentos y con ellos
mis excusas para adorarte.
Aun así, te quise desnuda de argumentos
sin piel, sin huesos ni carne
muriéndome te quise.
Suicidándome el alma en tu nombre
sabiendo o sin saber
en qué lugar de mi corazón ponerte
querido amor idealizado.
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Ah qué poema tan intenso, que amor tan intenso, que idealización tan intensa !!
Excelente leerte poetisa!
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Muchísimas gracias por su lectura y su amable comentario.
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Idealizado o no, es un amor que consume. Estos versos me han llegado mucho, Mabel. Gracias!
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Muchas gracias
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