Estaba yo entre castañas, el sol cerraba sus ojos
cediendo a la luna el paso con un guiño complaciente
Tú, cazadora furtiva, a un cervatillo inocente
creyendo ver te acercaste mirándome de reojo.
Llenarte de carne fresca, sea de añojo o de ciervo
era lo que pretendías, satisfacer tus deseos.
Tan bien lo disimulabas, que cual si fuera yo Ceo
no queriendo avergonzarte, te demostré me conservo.
Bajo la luz de la luna te hice mirar las estrellas
Puse castañas al fuego, nos comimos las semillas
las caricias con afines resultaron maravillas
¿volveremos a encontrarnos? ¿habrá otras noches tan bellas?
Quizás, dije en mi respuesta, quizás otra vez me atreva.
La luna se iba alejando, lentamente y a su paso,
mientras nos despedíamos fundidos en un abrazo
del que fue testigo el cielo, con astro del alba nueva.
@Saltamontes (22/10/2023) Pedro M. Calzada Ajete