Rueda ya el otoño
como un carro viejo
ya no ignoro esta voz, mi voz
que como flecha se escapó
del arco ya vencido.
Como una flor disuelta
la pasión me es esquiva,
llevo una extraña sensación de asombro
y de huida.
Huyo de ti, de mí, de todo,
de la matanza del amor…
ese es el modo.
Quiero permanecer callada
no hay necesidad de despedida.
En este pasar pasando sin entrega
que es casi como presenciar la muerte,
volveré a mi invertida ventana
y a mis días,
regresaré a mis venas ya sin fiebre,
regresaré a mi vida.
Nos obsequias un poema que transmite una sensación de cambio y aceptación, como si el otoño trajera consigo una renovación interna.
Muy bello.
Gracias querido Ale por tu hermoso comentario! Trato de no perderme por mucho tiempo, a veces el trajinar de los días me impide compartir con ustedes, Vos siempre presente! Muchos saludos
Muchísimas gracias querido Pedro! Siempre tan atinado en tus sentidos comentarios!. Gracias, gracias. Un abrazo
Muy bonito poema.
Muchas gracias Hugo por pasar! Un saludo compañero!
Hermoso poema, Fabiana!
Muchas gracias mi querida Walla!! Como siempre muy bienvenida tu visita.
Abrazote
Muchas gracias querida María!! Un placer tu visita. Un abrazo
Bravo!!!
Tali
En las ruedas del otoño sobresalen lentejuelas del traje hermoso con que vistes tu poematura. —Aplausos.
Mil gracias Domingo!! Muy poético comentario. Me encantó!!
Un abrazo
Bello poema Fabiana. Saludos.
Muchas gracias Melchor! Un gusto tu visita. Saludos