Necesaria se torna la ruptura,
pues Él, por conocerse, polariza:
su velo poco a poco lo desliza
y alzárselo se vuelve una aventura.
Presiento es la razón de aquella hondura
que es cúspide del labio que ella iza
cuando deja entrever la luz maciza
en su grácil semblanza seria y pura.
Y detrás de su blanca fortaleza
resguarda la expresión de su pensar,
¡mujer, harto dotada de belleza!,
del néctar de su boca quiero hablar:
ese labio, que exalta su realeza,
conoce la palabra revelar.