Amo el hogar,
aún,cuando sus llamas
arden en mis teorías;
a pesar de las cenizas
que enturbian los ojos
y dejan a ciegas,
cuando irrumpe
en la armonía
una condena.
Mi balanza
Se inclina hacia la luz
de la cálida hoguera,
palpitante,
en el pecho
de los que aman
la mesa fragante
de días evaporados,
en sus manteles
de ensueño,
con sus panes
y sus flores.
Amo el hogar,
que a mi corazón
alienta,
a refugiarse
en los astros,
en las almas sonrientes.
Amo el hogar,
que alimenta raíces;
pero, aún, amo más
al que despliega mis alas!
Imagen seleccionada de Pinterest
Un hermoso poema nos regalas, querida Silvia. El valor del hogar y la familia, que como tú lo dices “alimenta raíces”. Quiero citar a Samuel Clark, acerca de lo que es un hogar: “¿Saben Uds. la diferencia entre una casa y un hogar? En primer lugar, una casa significa un edificio hecho para habitar, pero puede ser ocupada o vacía. La misma palabra griega OIKOS a veces es traducida “su casa” o “su hogar”. Esto me hizo pensar en otra diferencia: la casa puede ser su habitación pero el hogar es donde está su familia. Hay un dicho bonito: “El hogar es donde está el corazón.” En otras palabras, no se trata tanto de dónde mi cuerpo duerme, se baña, come o trabaja, sino donde están los que más amo.” Tu bello poema me ha puesto a reflexionar.
“Mi balanza
Se inclina hacia la luz
de la cálida hoguera,
palpitante,
en el pecho
de los que aman
la mesa fragante
de días evaporados,
en sus manteles
de ensueño,
con sus panes
y sus flores.”
Lucía!!!me has dejado sin palabras… qué comentario tan íntegro!! Nos hace tan bien a los poetas,a los artistas que nuestras obras imanten y multipliquen el pan diario de la inspiración!!Un cálido y hogareño saludo de amistad!!