Hoy querría ese abrazo largo,
tu voz tranquila, las risas
y un momento sofá de los nuestros
charlando hasta dormirnos;
quiero otro paseo contigo
para agarrarme suave a tu brazo
y que me acojas con esa sonrisa
ajeno a este mundo y mis miedos;
quiero compartir la intimidad
de años desbordándose
cada vez que nos encontramos,
ponernos los calcetines de viaje
con los míos de rayas
sobre la guantera
o tu pierna con el chándal
y mi mano al lado;
te quiero aquí pronto
con ese gesto tan tuyo
y el único capaz de detener
este pensar tanto y no recordarme.
Necesito otra vez tu mochila.