“El amor, ahí, . . . no peca.”
¡Amecameca, señores,
es la feria de la nuez!,
yo me voy con mis amores
y regresaré después.
A su Plaza, tan bendita,
al Kiosquito con barniz,
ahí te va mí tortolita,
quisiera ser tu aprendiz.
Vigilantes, dos volcanes,
lo protegen con sus nieves,
cuidaré de tus afanes,
porque sé que tú me quieres.
Ese capulín de vida
me parece una cereza,
yo te daré, consentida,
lo que a ti sí te interesa.
El nogal fértil está,
con su muy golosa ardilla,
frutos frescos ya tendrá,
busca la nuez de castilla.
Y, si hablamos de los cardos,
que son benditos nopales,
resplandecerán gallardos,
entre los bellos maizales.
El maguey, picos al aire,
brinda pulque, por doquier,
tiene un señor, donaire,
que me quiere conocer.
Una tuna, solo una,
da sus jugos y se va,
tendré siempre su fortuna,
sé que nunca morirá.
Llegaré, con mis rodillas,
al Santuario del Señor
y le diré, a hurtadillas,
cobíjame con tu amor.
Padre mío del Sacromonte,
te vengo a pedir perdón,
ya no seguiré tunante,
llegará mi rendición.
Se miran en los refugios
un par de cruces chiquitas,
cantaré diciendo elogios
a las mujeres bonitas.
Damitas de estas regiones,
no soy digno de mí ser,
rezaré mis oraciones
más allá de fenecer.
Acercándose la noche,
se dibuja una silueta,
con las sombras en derroche,
de mi lindo Amecameca.
Autor: Lic. Gonzalo Ramos Aranda.
Municipio de Amecameca de Juárez, Estado de México, México, a 25 de Julio del 2008