Se aviva con la brisa la llama de un amor
que aunque ha llegado tarde despierta con ardor.
Hace tiempo que los dos cumplieron los setenta
-fueron de esos hippies que vivieron los sesenta-,
que ambos peinan canas, desde al menos los noventa,
que en sus vidas la pasión ya hace años que no cuenta.
¿Cómo es posible enamorarse así en el ocaso
cuando el fuego del amor suele ser tan escaso?
Amarse es cuanto ansían, que sople a su favor
el viento de la vida, vencer a los ochenta,
que este último amor derrote al temor del fracaso.
Bello tu jotabé, me has “retratao” (expresión muy cubana) es un tema que me ha tocado de cerca, a los 67 conocí a Nancy y ya vamos por 10. Comparto contigno una estrofa de un poema mío sobre el tema y ya de paso te dejo mi opinión con conocimiento de causa.
Disfrutan de un amor inteligente,
no por ello menos apasionado
que la entrega loca de adolescente,
mas bien maduro, tierno y sosegado.
El amor no tiene edad, no tiene parámetros, no importa el entorno, se sigue adelante contra viento y marea, no importan los ojos curiosos, no importa la incomprensión, solo importa lo que se siente y como se siente. Me encantó tu poema de amor “en el ocaso” , hay que vivir intensamente como si fuese el último día. Gracias por el tema. Abrazos
Es una belleza ese amor que al final de los tiempos se encuentra o que ha estado toda la vida a tu lado.
Es romántico…
amar es algo especial y tiene tantas formas de sentirlo, vivirlo.
Algún día espero encontrar a alguien así, un amor que me haga compañía hasta mis últimos días.
Siempre es un placer leerte.
Esa pluma espectacular y el corazón hermoso que tienes es mágico.