Hoy día lo que se dice, que te amen sin condiciones,
se me antoja muy difícil, si tantos son los marrones
que exigir igual exigen, bajarse los pantalones.
Y tanto que en un océano, de equívocos intereses
obligados ya nos vemos, a parecer muy corteses
aunque abasto apenas demos, a sortear los reveses.
Pudiera ser una estafa, aceptar el matrimonio,
si resultando explosivo, como resulta el plutonio,
bendecido debe estar, por las barbas del demonio