La alborada,
blanca, inocente, tierna, tersa;
anhela su renacer, de nuevo . . .
un árbol
abre sus ojos de hojas,
despereza sus ramas,
y sus manos de pájaros
cantan alabanzas al milagro del alba . . .
con tanto movimiento y tanto ruido
el sol despierta,
y con sus dedos desgreña
su rubia melena de larguísimos cabellos,
y la extiende
en el interminable horizonte de la mañana;
y es ahí y solo ahí, que en verdad
Es todo muy hermoso. Es como un cuento lleno de imágenes preciosas. Es para despertar con el alma imaginaria y llena de vida.
.
Un placer.
.
Que estés muy bien, Alejandro. Cuídate mucho.
Ivka, te agradezco. Qué bueno verte de nuevo por aquí. Un abrazo.