Ella tiene incrustado una breva dulce, allí, en el vértice donde se muslan las piernas, donde las crestas de gallo se le orquídean en la agrietadura de unos labios usados…
Sus dos rosas túrgidas parecen un par de soles enmelonados urgentes de caricias… Fibroso es su cuerpo entallado que se dobla en espiga de bambú como haría una caña de azúcar al mesor del viento.
Busca otro dios que como ella, sepa moler los opios en el prado —Campo de Marte primitivo— que alguien dotado de portentoso obelisco que venga a abrirle el minusculado umbral de la breva dulce, trizada bajo las pezuñas de carnero.
Allí está ella… ofreciendo otra vez el agarre tibio en la tubular mano, como la de un cangrejo de carne íntima, de su pequeño animal en flor.-
Chane Garcia.
@ChaneGarcia.
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Imagen usada: pintura “Cécile” obra del pintor australiano Norman Alfred William Lindsay.