> Gentes ignorantes que antes nos tenían miedo > cogen confianzas que nunca les dimos (Eskorbuto)
Soy raro
como rosas del desierto
en el ártico.
Un Judas
traicionándome a mí mismo.
Damocles me atravesó con su espada
y desde entonces sangro bilis.
Muriendo por sobredosis de realidad
sobrevivimos extenuados.
Yo me arrastro
vendiendo mi vergüenza
en yermos insalubres
de polución y ruido.
Mi vida ahí cuesta treinta monedas.
Un rey Midas que observa,
frota sus manos
mientras se masturba
observándome morir.
Agonizo en mi sudor,
mutilo mi vida.
Caerá el tiempo,
en este submundo
que nunca soñé.
Agonía, agonía y
años eléctricos.
Agotado, exhausto y debilitado
muero, como ellos,
como ellos,
como ellos
muero a cobro revertido,
pero pase usted primero.
Gracias.
Un Judas
traicionándome a mí mismo.
Damocles me atravesó con su espada
y desde entonces sangro bilis.
Muriendo por sobredosis de realidad
sobrevivimos extenuados.
Agonizo en mi sudor,
mutilo mi vida.
Caerá el tiempo,
en este submundo
que nunca soñé.
Agonía, agonía y
años eléctricos.
Cuánta agonía en tu tremendo poema. Excelente poeta.
Crónica de muertes anunciadas, en las que todos quieren ser el último.
Nadie escapa ni puede evitar entrar al cementerio, pero dudosos de si se descansará o no, todos cedemos el turno.
La muerte, es una puta caliente que se acuesta y amanece con cualquiera.
Buen poema Manu
Abrazos
Vaya desgarro ante la certeza de ese futuro que nos espera a todos y por el que siempre encontramos un motivo para no llegar a él.
Magnífico, Manu.
Un poema genial