Algodón

Te recuestas sobre las nubes,

algodones flotando dentro de tu boca.

Tiendes tus huesos sobre el vacío,

mientras nadie te toca, diriges tu ausencia hacia el frío.

Eres mio,

tímido suplicio.

Rozas tu piel como papelillo que flota.

Entre mis pesadas tormentas.

Un epílogo te azota

Y no eres más que el quejido que brota,

de la tierra sedienta.

Que a tu voz alborota.

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Muy hermoso. Un gusto leerte. Saludos poéticos.

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Gracias por su comentario!