Deshabitados, exóticos, mágicos
mundos diversos
albergan tus páginas,
junto al poder de salvaguarda
y transmisión del conocimiento,
plasmado letra a letra
por quien te parió,
ilustrado a veces, otras no.
Como ese buen amigo
que al lado y adentro se lleva,
enseñas, acompañas, consuelas.
Nos abres a experiencias
increíbles y diferentes.
Con tus discursos
nos haces pensar, filosofar, razonar,
replantearnos muchos porqués,
encontrar sentido a lo ininteligible,
resolver dudas,
saldar deudas,
perder el miedo a la muerte,
y celebrar la vida,
pudiendo vivir tantas como creatividad haya.
De la portada al colofón,
en papel, audible o digital,
eres patrón de una industria
que genera cultura y empleo.
Nada sin ti serían
editoriales, proveedoras,
librerías, bibliotecas,
ilustradores, traductoras,
encuadernadoras,
autores y autoras,
ni quienes te consultan o leen.
Antiguo o novedad,
dura tapa o tapa blanda,
como hace la vida cada día,
en cada página
nos envuelves y atrapas.