¡Qué bonitas imágenes! La de la madrugada que le vio nacer, la hada con alas de amapola, Usted amalgamándose con el azul y el rocío de las colinas, contemplándose, contemplando.
Un gusto leerle
Precioso poema, Carmen! Reminiscencias de la tierra que no se olvidan, son nuestras raíces y volvemos a ellas cuando lo necesitamos…
Este fragmento me encantó!
Gracias María!! (creo que compartimos el apego a nuestra tierra, verdad?) No siempre uno abraza la tierra donde ha nacido, hay lugares que son nuestros porque eso es lo que decidimos cuando los pisamos…
Un abrazo, poeta