Al otro lado
las briznas
de la verdad
te iluminan los ojos.
Allí,
no siempre llegamos.
Allí,
no siempre las palabras
traen consigo
las credenciales de entrada.
No siempre llegamos.
No siempre basta con escribir.
La puerta invisible
no siempre se abre.
Ese lugar existe.
Existe.
Y nos espera.
Se llama poesía.