Si parto, no has de llorar
junto a mi tumba de piedra;
que allí quien debe morar,
ha de ser sólo la hiedra.
Busca, amor, en ese soto
donde aquel día yacimos,
y donde el tiempo se ha roto,
en mil eternos racimos.
Y así esta dulce rotura
que hace el tiempo en su unidad,
milagrosamente dura
por toda la eternidad.
Para que romper el tiempo
si algún día nos morimos
no distraiga un sufrimiento
Si el amor viene en racimos
lo cosecho y lo recaudo
En los versos de Artemisa
Con mucha pausa y sin prisa
Atentamente,¡la Aplaudo.!
Qué bonito.
Excelentes versos 
Muy bonito, Artemisa 
Ja, ja, ja.
Si el amor viene en racimos
para qué desperdiciarlo,
será mejor cosecharlo
y tomarnos unos vinos.
Saluditos.
Gracias por pasar.
Muchas gracias, Alex.
Me alegro de que te guste.
Mucha belleza hay en tu poema, Artemisa. sobre todo en ese final dulce que eterniza al tiempo.
Me ha encantado su profundidad, y ritmo cadecioso a la lectura.
Felicitaciones
Abrazo
La piedra y la hiedra son el aderezo perfecto para un sustento poético tan especial y cargado de hermosas rimas. El poema empieza partiendo y al final se vislumbra la eternidad. Melancolía y bellos paisajes melancólicos, sirviendo de toque preciso, para hacer el poema muy grande. Un saludo.
Maravilla, por favor!!! y muy muy bello! 
Precioso, Artemisa! Esas tres estrofas derraman musicalidad…
Abrazos!
Precioso, me encantó 
Muchas gracias por pasar y comentar, Miguel Angel.
Un beso.
Buen finde.
Muchas gracias, Raúl.
Me alegro de que te guste.
Que bello que rítmico y musicalidad además de transmitir ese dolor que supura cuando el tiempo se ha roto, poeta!!!
Tú armas todo aquello que se ha roto con tus maravillosos versos. Bellísimo poema. Felicidades
Una belleza de versos 
