Otoño agónico, otoño,
es lo mismo aquí que allí,
hoy los pájaros se esconden…
que es lo mismo allí que aquí.
Caen hojas, llueve tanto…
¿no es lo mismo para ti?
Tú disfrutas del calor,
no es lo mismo para mí…
¿Cuáles fueron tus palabras?
¿Qué dijiste? ¿Dónde fui?
Sí, yo soy maleducado
y un demonio, soy así.
Sí, tú nunca hiciste mal
y yo el bien jamás ceñí,
¿qué faltó por explicar?
Es mi otoño el infeliz;
otoño agónico, otoño,
en verano y en abril…
En la calle manda el viento,
nadie ve desde el jardín.
Caminaba triste yo,
a un lugar debía ir…
y caía en tus palabras.
No es tu culpa, soy así.
No es tu culpa, no… Bebiste.
¿no es tan fácil maldecir…?
Sentí un toque firme al hombro:
—¿Quieres un cigarro? —Sí…
Me habló aquel, fumé el cigarro,
fui… y me olvidé de morir.
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Grandes versos. Felicidades 
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