Adiós, mi amor…
Yo ardía en deseos, esperándote.
El tiempo se cansó de aguantar
y se fue solito a alguna parte.
Corro detrás de él,
aunque estoy tan abatida
y me cuesta alcanzarlo.
Las nubes se apresuran junto a mí,
me hacen sombra
y luego se disipan,
abrazándome.
Adiós, mi cielo, mi vida,
¡mi tormenta perenne!
Ayer te amaba hasta perderme.
Hoy soy distinta,
ya aprendí cómo debo quererme.
¡Adiós, amor mío!
Tú perdona
y deja que me vaya, amándote.
Mi vida de tanto esperar
se quebró aburrida,
mirándome.
¡Hasta siempre, mi eterno amor!
No seas triste
que hoy nos despedimos.
Lo necesitamos los dos.
Es el plan del destino…
Adiós, trago de vida,
mañana vendrán días de gloria.
El sol de nuevo saldrá
para que dejemos atrás
la tempestad que nos hizo mejores.