Aderezando ausencias

Aderezando ausencias nos dormimos,
dando gracias a Dios, que de momento
amargo no se vuelva, porque cruento
resulte al recordar a qué vinimos.

A saber si al final nos deprimimos
cuando mostrar nos cueste el sentimiento,
y mucho más aún, decir lo siento
si es que a propósito, culpables fuimos.

Igual como los pollos son asados
nos habremos de ver pronto, si el clima
el suelo que pisamos se calienta,

pues puestos a medrar equivocados
esperanzas no quedan, y se estima
que la actual desventura se fomenta.

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