Acércate sin miedo,
verás el cielo cerca,
asómate a mi lado,
veremos las estrellas.
Será solo un instante,
o grande, como quieras,
y luego marcharemos
a andar sobre la arena.
Las olas y las algas
despacio nos esperan,
mostrando los encantos
que guardan tras sus cejas.
Anímate, si quieres,
veamos las sirenas,
que juegan con las olas
y brincan tras de ellas.
Los sueños de los niños
se animan y despiertan,
y van con nuestras almas
latiendo por las venas.
Soñemos, pues, sin miedo,
con nuevas primaveras,
después de estos otoños
e inviernos de tormentas.
Seremos esos niños
y amantes que se besan
y haremos que las horas
y el tiempo se detengan.
Rafael Sánchez Ortega ©
13/11/24