Un hombre solo
en una casa sin gente
guarda licor en la alacena
que ya no bebe.
Escucha la vieja música de sus vinilos
y recuerda a los amigos muertos
que están tan solos como él
en un cielo lleno de almas
que ya no beben. ni escuchan música
esperando su llegada,
para seguir solos
en un paraíso que en nada se parece
a los recreos de la infancia
cuando éramos felices
en el patio de la escuela.
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