ahora soy volátil
en mi intención
como brizna
que escapa
a lo ya dicho
o ya sentido…
mañana
seré la forma
que hoy me busca,
latido ingrávido
sobre años y años
de no saberme…
En la muda transparencia
del sino
que hoy me mira
yo…
pequeña nómada
exhausta de estos hielos,
seré …
deslizándome
sobre otro páramo
con otras flores rojas
que hoy
aún duermen…
de mí plantaré
la voz
de lo que guardo
y a mi lado
prenderé la lumbre
que logre
apaciguarme…
mi entrega
será de ocaso
yo tierra…
yo mano…
yo bosque aletargado
con huellas
que destellen…
y abriré
senderos nuevos
con piel
de esparto
y voz trémula
de tanta y tanta vida…
Bellísimos versos donde deshojas tu nuevo reencuentro con el paisaje de la vida, como purificarse en una renovada ilusión, así es amiga, “renovarse o morir”!!!
Es muy efectivo el punto de inflexión que tiene el poema en el “yo” y el “seré” y es precioso el ascenso que nos lleva al final, lo que guardas, lo que entregas… Genial, Carmen. Un abrazo!
Muchísimas gracias, Juan Carlos… todos tenemos algo guardado para poder volver a “ser” cuando las luces se apagan y a medida que avanzamos por el camino vamos renaciendo mucho más sabios que antes. Un abrazo!!!
En cada estrofa se lee un poema distinto entrelazados entre si por un sentimiento mayúsculo, pero refinado, con garbo , elegancia. He notado una sensualidad subyacente « mí entrega será de ocaso»; si la tarde ha de ir por ti, más vale que se apure, con tanta belleza amanecerá pronto y te irás en otro vuelo «deslizandote a otros páramos». Sin dudas, siento que estás atravesando tu mejor momento poético, el cual ya había tenido ciclos muy buenos. —aplausos.
Muchas gracias por tus palabras, Domingo. Es cierto que podrían ser poemas distintos y me alegro que te hayan gustado como pétalos de una misma flor. Me honran tus palabras y te agradezco los aplausos.