Abre la puerta

Abre la puerta
y deja que te robe
el corazón.

Quiero tu risa,
la sangre y los latidos
de ese rincón.

Quiero que veas
lo mismo que yo veo
con ilusión.

Ábreme el alma
y deja que me duerma
junto a tu voz.

Serán mis labios
palabras y sonidos
de una oración.

Quiero que notes
el beso de los labios
de algún ladrón.

Abre tus ojos
y mira, en mis pupilas,
una canción.

Será una nana,
que brille en plena noche
sin traducción.

Dirá “te quiero”,
te amo y te preciso
con devoción.

Rafael Sánchez Ortega ©
18/09/21

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