Abre la puerta

Abre la puerta
y deja que entre el viento.
Quiere charlar.

Él, como siempre,
recita letanías
y soliloquios.

Finge recuerdos,
de tiempos ya pasados,
en el presente.

Habla de días,
vividos con los hombres
entre las olas.

También de horas
gozadas en el campo
y en los trigales.

Dice de ratos
de siestas y reposos
junto a la iglesia.

Aquella boina,
nos dice, de un marino,
cosiendo el arte.

Surge el encanto
de voces y corales
en las tabernas

Y del silencio,
también rescata el viento
bellos instantes.

…Por todo esto,
invítale y que pase,
“si llama el viento”…

Rafael Sánchez Ortega ©
10/10/20

El viento habla y gime, llora y sonríe. ¿Quién de nosotros no habrá, en algún momento, sido testigo de estas charlas?.. Seguramente todos habremos escuchado al viento. Quizás hayamos estimulado el oído a su paso ante ese susurro que hemos creído oír. Quizás también hayamos escuchado el lamento y los gemidos en la tarde y hasta la sonrisa en los días calurosos del verano, ¡y qué decir de los suspiros que acompañan a los nuestros, tantas veces!

Es cierto lo que han dicho siempre muchas gentes y es que el “viento habla” y nos deja y nos confía sus mensajes.

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Bellas letras…el viento es también amigo fiel, se lleva o trae, los recuerdos…
Saludos, Maria Mercedes

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Gracias Erato.
Saludos.

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Son estampas que permanecen en la retina, Noracris.
Un abrazo y gracias.

El viento habla… Bellísimo poema y reflexión. Un saludo, poeta.

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Gracias Carmen Cantos.
Un saludo.

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Abrirle las puertas al viento…
El viento juega y hace todo cuanto versas libremente, sonríe, habla, llora, gime y brama ( muchas veces)… Eso sí, siempre inspira a los poetas…
Buen poema, amigo.
Abrazo

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Gracias Saltamontes.
Abrazo.

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