Abrázame, aunque me duela
y se me parta la vida.
Como si no hubiese mañana
y la noche fuese eterna.
Infinita.
Sujeta mi alma herida y perdida,
que busca consuelo.
Acaricia mis lágrimas,
henchidas de penas y deseo.
Búscame un camino, un sendero.
Un campo, un valle,
donde no exista el llanto.
Solo vida, sueños y anhelos.
Rodea este espíritu de paz, de sosiego.
Mira mis ojos,
esclavos de tu luz.
Penitente lucero.
Hállame una esencia, un olor, un perfume.
El universo que espera.
Una flor de romero,
envuelta en papel de cielo.
Y abrázame.
Aunque me duela.