A veces amanece sin ganas;
como los amaneceres
de este loco poeta
que últimamente
se han vuelto dispersos
en el firmamento boreal
de su mente,
mientras observa
como alguno de ellos
vuelan con pena
pidiendo perdón
al sol, al viento
y al tiempo.
Las estrellas boreales
de su firmamento
se mueven con el
silencio del viento
mientras interpreta
el allegro andante
del sentido de la vida.
Sol/viento/tiempo, los tres mosqueteros que no pierden vigencia; a veces los que andamos en poesia le neganos el altar a esas tres deidades, y la condena es un nuestra propia letra—Te aplaudo Miguel Angel @Pippo, por la fe en esos dioses que nunca fallan a los poetas. —Aplausos (¡de verdad!).