Aunque hayas olvidado
que amanecimos juntos,
cuando afuera la lluvia
humedecía el camino;
aunque ya no recuerdes
la eternidad del segundo
que nos brindó la vida;
aunque esto de nosotros
no haya sido para ti un poema,
ni algo diferente a lo vivido
con anterioridad;
aunque nuestro encuentro
no haya sucedido
en realidad,
sino que simplemente yo soñé;
aunque me muera ahora mismo
y no pueda escribirte nada más;
aunque sea lo último que haga,
te amaré…
a pesar de esta cruz que es la distancia,
por encima de todo,
más allá de la nada…
con este amor bonito, te amaré…
Quiero cerrar los ojos,
no pensar que estoy viva,
para ver si te encuentro
en la inmortalidad del tiempo.
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Hermosos versos!!!
Gracias, Lucía.