Y yo qué sé que quiero. Suelo no dormir más de cuatro horas, ya casi por costumbre. Me gusta la playa en invierno. No tengo ningún premio en nada. Nada se me da bien como para decirlo en voz alta. Mis ojos son de un marrón vulgar. Ni tengo la piel suave y fina ni los labios hidratados. Vivo en absoluta paz en mi desorden. Ni entendí ni entenderé porqué se asesinan animales. Me da vergüenza cómo hemos llegado a tratarnos entre nosotras/os. Hablo de política constantemente porque sólo hablar ya es política. No me olvido, pero puedo hacerme la tonta. Cocinaba, ya no, y muchas veces se me queman las cosas. Como muy poco, eso sí. Y lo hago sin hambre. He huido tanto que he aprendido a hacerlo y ahora me escapo cuando quiero. Empecé de nuevo unas 100 veces y se me olvidó cuál fue la primera. Gasto dinero como para no salir rentable, y no suele ser en mí. Me critico sólo para poder criticarlo todo después. Mi espacio, no lo toques, no, en serio, no lo toques. De salud voy regular y a veces no me medico porque no, y otras me medico a conveniencia, y ya está. Podría, pero no quiero vivir sin mis perros ni sin mi madre, bueno no, no podría. Tengo que hacer deporte cada día para no cansarme. Creo que nos estamos equivocando en todo porque es más fácil así. Quiero tener normas, porque sin ellas no se me ocurriría nada que hacer justo al revés. No cambio de ideas, ni mucho ni poco, y aún no he entendido porqué esto es malo. Quizá no tengo razón, pero no me equivoco cuando digo que todo es una mierda. He dejado atrás otros miedos pero me da pánico volar. Mis manos casi siempre están frías y huelen a vainilla, y no sé disimular lo que pienso. Me drogo para dormir o para estar tranquila porque el yoga o la meditación me pone histérica. Quiero alguna vez y si decido hacerlo lo hago bien. Me quiero libre. No pienso mucho las cosas o quizás sea que hago lo que me da la gana. No lloro de alegría. Pero si sonrío de pena o de mentira de vez en cuando. Me gusta el norte. No. El sexo no es lo de menos. Yo creo en el amor, pero no me estáis entendiendo…el amor es revolucionario. Y me ha costado mucho llegar a no acabar de gustarme pero aprender a aceptarme y permitirme. Así que, defenderé el derecho a mí aunque no me parezca en nada a todo esto.
A mí me ha encantado que no sepas disimular lo que piensas, Bea.
Realidad o ficción, sea como sea, intimista y maravilloso escrito. 
Muchas gracias. Bastante real. Un abrazo
Me ha gustado,sobre todo, esa certeza imperfecta que no sabremos nunca si es o no es…
Muchas gracias 
Ahh es una reflexión desnuda , íntegra, sin edulcorantes, muy madura, muy en paz contigo misma con tus virtudes, tus defectos, tus rarezas, tus miedos o tus brillos, en definitiva muy libre, poeta!!!
Muchas gracias. Es libre, eso es. Sabiendo, como primer y principal síntoma de libertad, que no lo somos.
Muy reflexivo y bonito. Saludos poéticos.
Muchas gracias 
Y aún podrías seguir sacando frases… no hay cien minutos ni mil palabras que puedan terminar de describir a una persona. Me gusta mucho! Quizá demasiado “enumerativo” y no hay demasiada dinámica más allá de ello, pero supongo que esa es la idea.
Wow; hermoso, contundente, íntimo y con una belleza sincera. 
