A mí madre

He almorzado solo ahora, y no he tenido
madre, ni súplica, ni sírvete, ni agua...
                                                César Vallejo

Las espinas se cubren de ceniza,
de rostros detenidos en un verso;
en esa amarga alquimia, de universo,
desengaño y belleza, tan huidiza.

He desafiado al tiempo que agoniza,
a ese instante preciso, a ese perverso
momento de tu muerte, a ese reverso
de la luz más perfecta y quebradiza.

Madre, ya las palabras son olvido;
apenas si una brisa sin sentido,
la torpe ceremonia de la nada.

Sólo queda el recuerdo de una herida,
de una llaga sangrante y dolorida,
como esa luz tan triste y devastada…

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De una delicadeza y sentimiento exquisito, poeta!!!:clap::clap::clap:

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¡Qué fuerte! “…ya las palabras son olivido…” Madre.
Gracias por compartir poeta

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Muchas gracias por leerme. Un saludo.

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Muchas gracias. Siempre es un acicate para seguir este comentario. Un saludo.

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