A las muertes

La vida se sabe de pequeñas muertes, de ausencias que se convierten en un panteón que nos adorna el camino:

Una mujer, que con pañuelo al aire y lágrimas en los ojos, despide a su esposo que parte a la guerra.

El primer amor de la adolescencia, que murió cuando se dio cuenta de las carencias y del cumplir expectativas.

El temor de volar en avión por primera vez, que supo desaparecer al ver que desde arriba todo se ve pequeño.

Las flores amarillas puestas en la mesita de centro, que se marchitaron como el recuerdo de algún 21 de marzo.

El brillo de los ojos del niño, que murió cuando vio llover misiles sobre su casa en Gaza.

La lágrima de mamá, que se desliza y desaparece en su mejilla al ver su pequeño partir.

Saber de muertes es cosa de vivos. Como este cigarro que se incinera de a poco y cree que me mata, pero no sabe que esta pequeña muerte es de sentir tu ausencia mientras te espero. Y puede que nunca llegues. Y puede que ya no esté. De eso se trata.

4 Me gusta

La muerte se va alternando con la vida, en todos sus instantes…
Hermosa reflexión poética la que has hecho.
Saludos, Daniel!

1 me gusta

Hermoso en la tristeza, amigo :sunny: :sunny: :herb:
Un cordial saludo

1 me gusta

:clap: :clap: :clap: :heart:

1 me gusta