“Benditas, Sacras, Señoras . . .”
Hijo, siempre en ti pensando
por Dios, te sigo buscando,
no pararé hasta ubicarte,
imploro localizarte.
Ausente físicamente
en mi mente estás presente,
estás tú como un latido
en mi corazón dolido.
Por lo pronto, te bendigo
y estés donde estés, te digo:
haré cualquier sacrificio,
ya dejé el trabajo, oficio.
Entre fatigosas horas
muy mal comiendo a deshoras,
por desorientado rumbo
sin importar cualquier tumbo.
Por el tortuoso destino
entre un río, por el camino,
no paro, impetuosa sigo
la buena pista persigo.
Así, fervorosa insisto,
las inclemencias resisto
entre el follaje del campo
rastreando entre el desencanto.
Viendo cosas horrorosas
cuando se destapan fosas
clandestinas, por supuesto,
a escudriñar bien me apresto.
Por las azarosas zonas
un fiel grupo de personas
me acompaña en este sino
con gran binomio canino.
Jamás desmoralizada,
mal soy revictimizada
por sistema del Estado
que nada nos ha apoyado.
Sí, te tengo algunas malas
solo cubetas y palas
nos ha dado algún “gobierno”
de morena, no discierno.
El esfuerzo, el sentimiento,
van con el financiamiento
fortalece al colectivo
solidario harto activo.
He aprendido de estrategias
de búsqueda todas regias,
la exploración, ya en acción,
requiere preparación.
Los ánimos se avivaron
pues: ¡vivos se los llevaron
y, así, vivos los queremos!,
para que así sea . . . oremos.
Con fe, con mi gran templanza,
no perderé la esperanza,
todo pongo de mi parte
no cesaré hasta encontrarte.
Autor: Lic. Gonzalo Ramos Aranda
Ciudad de México, a 17 de octubre del 2022
