Alma de fuego, enciendes mis albas,
con tus ojos de soles radiantes.
Tu misterio y fuerza, cercana o distante,
embellece mi presente y crea mañanas.
Eres río que en la llanura danza,
susurro en la brisa, canto en el mar,
entrelazas con tu piel mis sueños de amar,
y con tus risas, mi vida engalanas.
En las tormentas eres faro sereno,
tejes con tu andar música y destino,
en cada paso tienes ese toque divino,
de mieles fluyendo en tu seno.
Eres la flor que calma las penas,
la fuerza del viento, la tierra que abraza,
en tu esencia, la vida me emplaza.
Mujer eterna, a ti, hasta la luz te venera.
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