Se que tienes una estrella,
infinitamente brillante,
acariciandote el corazón
dejándote en la calma,
en tus tristezas y en tus desvelos.
Un lucero de amor eterno,
que entre las nubes,
del lugar donde van los buenos
te guarda y te custodia
tus mejores besos.
Imposible igualarlo,
imposible ser de cerca,
como era tu héroe
pulidor de la luna de estaño,
guardián de tus sueños.
Y yo no puedo serlo.
Nadie puede serlo.
Solo yo quiero quererte,
día y noche,
cerca y lejos
contra todo,
lo mejor que pueda
con todas mis fuerzas,
en este mundo
para siempre,
contigo.