A mi amado hijo Camilo, este poema fue escrito cuando él tenía 2 añitos. Hoy ya hombre de 21 años y el efecto de su risa en mí es el mismo…
Escucho tu voz
más allá de mis ojos
hermoso sonido
que inunda mi amor
Tu voz es un rayo
de cariño sencillo,
sencillo como árbol
naciendo al verdor.
Siento tu presencia
en mi alma alejada
aunque sea por un rato
de tu dulce mirar
Vuelves aunque lejos
estés de mi cuerpo
siempre cerca
de tu corazón voy a estar.
Hay un momento
en que mi vida se entristece
y la sombra y oscuridad
me gobiernan al fin
Entonces vienes
con tu mágica risa
y floreces
haciéndome florecer a mí.
Hijo Primero,
hijo mío, dulce trino
pajarito tierno
en edad de crecer
Con alitas de plata
me elevas brillando
disfrutando y cantando
sin dejarme caer.