Las aves emigran con emoción,
Aterrizan en la mesa redonda,
donde una lágrima se escuece
entre cada verso que se dispersa.
Nos vamos, ya no nos vemos,
al borde del final, un nuevo comienzo.
Conocernos hasta que se acabe la tinta,
y el recreo nos arrastre al mundo real.
La tiza color pastel pintó este globo,
sobre el cual volaría contigo a gusto.
Sería una locura poder vernos al fin,
el otoño nos abrigará en el amanecer.
Vexilos guardados entre mis libros.
Aunque derrumbado en mis penurias,
recordatorio: amar es para los valientes,
musa, inspiración, dueña de mi poesía.