Soy melancolía, dulce agonía
congoja del alma, sed infinita.
Sigiloso y triste atisba mi gato;
con el rabo a tierra roza mis piernas.
Mide el alcance, calcula los daños;
de contradicciones me sabe presa.
He visto pasar la vida…y la muerte
llamando a deshora en distintas puertas
y he llorado con cada desplante.
Cruce de caminos equivocados
de una carretera sin señales.
Perdida en una tupida arboleda;
maraña de indecisiones desnudas,
espinas de un desvelo que no cesa.
Volvería al principio a rescatarme ilesa
instantes antes de romperse el sueño.
Ha tenido que pasar la vida
para entender cómo vivirla.
7/Septiembre/2023
100 palabras.
Publicado en la Fundación Cinco Palabras.
Palabras a incluir regaladas por LUISGÉ MARTÍN, director del Instituto Cervantes de Los Ángeles:
Tu bello poema es como un lamento melancólico sobre la vida y las decisiones tomadas en el camino. Da para reflexionar sobre las pérdidas y las contradicciones, y la posibilidad de volver atrás y vivir de manera diferente. Todo me sabe a una expresión profunda de autorreflexión y nostalgia.
Un ruptura que simboliza la continuidad de la vida, porque nunca es tarde para aprender. Y la vacuidad de un atardecer es antecedida por la renuncia de un amanecer. —Aplaudo.